Jornadas de iniciación a la espeleo, 2022


Por Ruben.

“Hola, vais a ser las Putillas durante todo un año”. Éste fue el recibimiento que nos dieron en las Jornadas de Iniciación a la Espeleología organizadas por el club GEODA. Vaya, esto promete. La situación me recordaba a esas cutres pelis americanas de academias militares donde los alumnos las pasan canutas mientras les hacen rebozarse por el barro. Haciendo un pequeño spoiler, nada más lejos de la realidad. En todo momento fuimos tratados de lujo por todos los monitores de las Jornadas, sin más vaciles que los que habitualmente pueda haber en un grupo de buenos amigos.

Esta actividad se hizo esperar ya que el último que se había realizado fue justo antes de la pandemia, de modo express debido al confinamiento y desde entonces no se organizó ninguno más. Fuimos ocho los seleccionados: Silvia, Cristina, Chiara, Helena, Gema, Juan, Jorge y Rubén.

Las jornadas constaban de parte teórica y parte práctica. Comenzamos por la parte teórica, donde Jorge, Marta y Martin nos explican nociones básicas de espeleología y técnicas de progresión vertical. Nos adiestran en el uso del material y de aparatos de ascenso y descenso por cuerda. Croll, puño, basic, stop, pedaleta, bagas, mosquetones, cuerda semiestática… comienzan a ser términos que dejan de sonarnos a chino para convertirse en herramientas imprescindibles para nuestro aprendizaje. Nos muestran cómo subir y bajar por una cuerda, a pasar fraccionamientos en bajada y en subida, así como desviadores. Cambio de aparatos de subida a bajada y de bajada a subida, a cómo realizar un péndulo, a superar un nudo. Toda una serie de maniobras a las que tarde o temprano nos tendremos que enfrentar en una cavidad. No está nada pero que nada mal, pero ya estoy deseando tocar cuerda de verdad y quedar colgado como un chorizo.

La parte teórica se completó con unas magistrales lecciones de Montse sobre topografía, donde aprendimos a interpretar las reseñas y planos de las cuevas y simas, con su alzado, su planta, sus escalas y también lecciones de biología y conservación de cavidades. Aprendimos un montón de cosas sobre los escasos animalillos que nos podemos encontrar en las cuevas y sobre todo, de murciélagos. La vida y costumbres de los murciélagos narrados por Juanmita, un verdadero apasionado de estos mamíferos voladores, que, por cierto, no son ciegos, al contrario de lo que yo pensaba.

Y por fin llegó el fin de semana. Por fin vamos a tocar cuerda “de verdad”. Comienza la parte práctica la cual se va a desarrollar durante tres fines de semana. La primera cita tiene lugar en Patones, en las paredes del Pontón de la Oliva. 7:30 de la mañana y ya estamos con el arnés y las legañas puestas.

Caminamos con el soniquete metálico de nuestros aparatos hacia el sitio en concreto donde observamos que ya está montado todo el tinglao. Vaya una currada que se metieron. Nos adjudican un monitor a cada uno y nos ordenan ir subiendo por una de las vías. Hay otra vía paralela a menos de un metro por la cual irá a nuestro lado nuestro monitor, el cual nos va indicando, corrigiendo y asesorando.

Una de las cosas que más me sorprendieron, si no la que más, es el hincapié que se hacía en todo momento sobre la seguridad. En ningún momento podíamos estar asegurados solo de un punto. Mínimo dos puntos y cada movimiento que realicemos debe ser totalmente seguro y correcto. Yo personalmente había aprendido algunas maniobras de forma autodidacta y aquí me di cuenta de la cantidad de vicios y malos hábitos que tenía y de ciertos peligros que corría. Así que me llevé alguna que otra merecida colleja correctiva la cual recibí de muy buen agrado.

Nos hinchamos a subir y a bajar, y fraccionamiento “parriba” y fraccionamiento “pabajo”. Menos mal que en la pared da la sombra porque el calor al sol es terrorífico. Risas y buen ambiente se respira. Primeros cansancios, primeros dolores y primeras sonrisas de satisfacción se dibujan en nuestra cara. Ya reventados, finaliza la sesión y nos vamos a comer a uno de los bares cercanos al Pontón donde disfrutamos de un ambiente realmente espectacular. Estos tíos del Geoda son la hostia. Entre cafés y chupitos pudimos disfrutar de la clase de topografía y aprendimos a interpretar esos dibujos y símbolos tan raros que figuran en las reseñas. Finalizada la clase y los chupitos de sobremesa, cada mochuelo a su olivo y a descansar para el madrugón que nos espera el domingo.

Al día siguiente nos esperaban más raciones de cuerda aderezadas con nuevas maniobras como el paso de desviadores y nudos en la cuerda, realización de péndulos y cómo progresar por un pasamanos. Estamos listos para que comience el baile.

Cantabria. El refugio de El Rellano nos da la bienvenida el siguiente fin de semana con un paisaje espectacular. Caballos y vacas por doquier, verde intenso y un mar de nubes a nuestros pies hacen las delicias de nuestros sentidos. Un verdadero paraíso. Desembarcamos nuestros petates y viandas y algunos duermen dentro del refugio mientras otros nos decantamos por hacerlo fuera, ya que el buen tiempo acompaña. Una acogedora chimenea es testigo de unas muy amenas conversaciones y charlas. A dormir prontito que al día siguiente nos espera mucho jaleo.

El primer reto es la cueva Coventosa, en Arredondo, con impresionantes formaciones como estalactitas, estalagmitas, columnas, gours, galerías misteriosas e incluso lagos, que hacen que nos quedemos boquiabiertos ante tales maravillas. Los grupos se componen de tres monitores para dos alumnos, con lo que estábamos perfectamente cubiertos ante cualquier imprevisto. Técnicamente no es una cueva demasiado complicada pero algunos tramos de pasamanos nos hacen sudar de lo lindo. Además, yo entré demasiado abrigado y realmente pasé muchísimo calor. Lección de vestimenta aprendida. También sufrí calzar unas botas con una suela demasiado gastada, que me hizo cazar algún que otro gamusino. Y es que ahí dentro resbala que da gusto en algunos tramos. Se nos había hecho entrega de la topografía de la cueva, la cual tuvimos que utilizar para guiarnos a través de las galerías y superar algunos retos de orientación. Por mucho tiempo me sentí bastante desorientado hasta que empiezas a coger el truquillo. Hace falta cierto rodaje ya que esto no es como orientarte por el campo o la montaña. En todo momento no paramos de recibir consejos y enseñanzas de nuestros monitores, que estaban muy atentos a todos nuestros pasos.

Conseguimos finalmente llegar al primer lago, donde a partir de allí la progresión se torna acuática, por lo que emprendemos el regreso hacia la boca de entrada. Ya de vuelta, pasamos a ver la preciosa e impresionante sala de los fantasmas, la cual está repleta de bellas formaciones que te hacen poner los pelos como escarpias. No me imaginaba semejante belleza.

Finalmente llegamos a la salida tras ocho agotadoras pero enormemente disfrutonas horas y el objetivo ahora es poder llegar al coche para, literalmente, engullir una cerveza que la nevera nos conservaba aún bastante fresquita gracias a unos buenos tarugacos de hielo. Nos cambiamos y aseamos lo que podemos y emprendemos camino al bar Rufaco, que hace de punto de encuentro para todos los grupos y entre cerveza y cerveza comentamos todas las peripecias acontecidas. Y a dormir que mañana hay más.

Un impresionante sol nos da los buenos días del domingo y nos hace saborear el café mientras admiramos el precioso paisaje a nuestros pies. Hoy toca hacer el Mortero de Astrana, con una boca de entrada tremendamente espectacular. Una bajada en vertical de 37 metros con algunos tramos volados nos da la bienvenida. Muy muy muy bonita la entrada de esta sima. Un tremendo agujero con una frondosa vegetación en su fondo hace que tus sentidos se vuelvan locos de placer. Seguimos la ruta y tras unas rampas llegamos al famoso agujero soplador, el cual hace honor a su nombre ya que menuda la ventolera que sale por ahí. Finalmente y aplicando técnicas de progresión, divisamos unas cascadas subterráneas muy bonitas, las cuales significan que ya debemos emprender el camino de vuelta ya que debemos cumplir con el horario. Me quedo, sobre todo, con la boca de entrada, para mí lo más bonito de todo el fin de semana.

El tercer y último fin de semana de prácticas tuvo lugar en la Sima del Campo en El Pozuelo, Cuenca. La cavidad es un tremendo sumidero de una amplia cuenca fluvial donde todo el agua que pueda llover rápidamente se canaliza hacia aquí, por lo que hay que tener mucha precaución y no entrar si hay lluvia o puede haber tormenta. Nosotros tuvimos suerte y pudimos disfrutarla los dos días. La sima es bastante técnica con toda clase de pasos. Ascensos y descensos por cuerda, anti-roces, pasamanos, péndulos, desviadores, estrecheces como el “Paso de la Penuria”, que hace honor a su nombre y nos lo hizo pasar muy mal a más de uno, marmitas… un completo surtido de formaciones y técnicas para formarnos como futuros espeleólogos. La sima se puede hacer en sentido más o menos circular y el sábado se hizo bajando por los pozos cortos y subiendo por el impresionante pozo Skat, de 60 metros nada más y nada menos, y el domingo lo hicimos al revés, descendiendo por éste hasta llegar a los -113 metros de profundidad en total. Todo un desafío y una alta dificultad técnica. Y mientras esperábamos poder entrar, ya que había que terminar la instalación, el entretenimiento se vio asegurado con el montaje de un slackline y unos juegos malabares. Algún pequeño percance y también alguna lesión ensombrecieron ligeramente el final de las jornadas pero afortunadamente sin demasiada gravedad.

La convivencia durante todas las jornadas fue verdaderamente genial. Incluso hubo una pequeña ceremonia con entrega de simbólicos diplomas. No hubo ningún problema en ningún momento y las veladas y sobremesas fueron tremendamente entretenidas. Geoda es un club donde realmente se está muy a gusto y donde todos sus miembros se han volcado con nosotros y han dado todo lo que tenían e incluso más.

Y, por cierto, GEODA significa Grupo de Espeleología Organizado de AMIGOS, y pongo AMIGOS con mayúscula porque estoy seguro de que eso es lo que hemos conseguido aquí. Muy buenos AMIGOS. Quiero agradecer a TODOS los miembros su disposición, sus conocimientos, su buen hacer, su buen humor y sobre todo, su TIEMPO. Tiempo que han dejado de compartir con sus familias, con sus amigos, con sus trabajos, con sus mascotas, con su vida, para dedicárnoslo a nosotros. Esperamos sinceramente no haberos defraudado y haber estado a vuestra gran altura.

Muchas gracias chic@s.

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