A finales de verano de 2008, varios miembros del grupo Geoda, junto con otros amigos, hemos estado en una de las zona barranqueras de los Alpes Marítimos practicando descenso de barrancos.
Salimos de Madrid el viernes 22 de agosto con destino a los Alpes Marítimos. 1.500 km y unas 24h despues (hicimos una noche de camino) llegamos a Olivetta San Michelle, en la provincia de Imperia, en Italia. Nos recibió Remo, el dueño de la casa de Olivetta donde nos quedaríamos durante toda la semana, y que sería nuestro «cuartel general» desde el que acometer todas las actividades.
Durante esta semana básicamente recorrimos cañones de las zonas de los valles de los ríos Roya y Bevera, por ser las más próximas al campo base. Como éramos un grupo muy numeroso, lo que hacíamos era organizarnos cada noche en varios grupos para decidir la actividad a llevar a cabo en la jornada siguiente. Muy recomendable disponer de la guía de Randoxygene, que aunque sólo estén disponibles en francés, contienen mucha y valiosa información de los cañones más interesantes de cada zona. Se pueden recoger impresas de forma gratuita de una oficina de turismo de la zona, o descargarla por Internet aquí.
En total hicimos los siguientes cañones:
Vallon de Carleva: Este cañon se encuentra muy cercano al pueblo de Breil-Sur-Roya. Tiene una hora y media de aproximación por un bonito sendero que se adentra en el valle, hasta un cartel que indica el comienzo del barranco. Aunque al inicio no lleva mucha agua, pronto mejora con varios toboganes, resaltes y rápeles. Muy, muy recomendable.
Vallon de Roueou: Otro barranco próximo a Breil-Sur-Roya que descendimos el primer día. Aunque no tenía mucha agua, si da de si para algunos saltos y rápeles. El desdenso es bastante abierto en buena parte del recorrido, con tramos de bosque intercalados, lo que lo hace bastante variado en cuanto a paisaje se refiere.
Riou de la Bollène: Este barranco se encuentra en las proximidades del pueblo de Vesubie,tras bajar el col de Turini, y el enorme bosque de coníferas que tapiza toda la montaña. Es un barranco entretenido, con pequeños resaltes y toboganes. que se pone interesante con los dos enormes toboganes de más de 20m de caida, sólo aptos para cañonistas experimentados. De hecho, una señal al pie del primer tobogán advierte del peligro de lesiones faciales en caso de que la entrada en el agua no sea la apropiada: El impulso instintivo te hace mirar al frente y esto puede resultar fatal justo en el momento de impactar con el agua. Es un barranco recomendable.
Clue de la Maglia: Este es el barranco estrella de la zona. Muy acuático y totalmente disfrutón (aunque nosotros tuvimos un pequeño accidente en el trayecto, con un esguince de tobillo, que en un lugar de tan difícil acceso como es un cañón, lo complica todo mucho más). No tiene grandes rápeles, pero su encajonamiento constante, y la zona de cueva natural, lo hacen muy especial. Sin duda a realizar.
Vallon de Morghé: Este es un afluente de la Maglia, que también realizamos. A diferencia del cauce padre de la Maglia (al que te incorporas a su mitad aproximadamente), es un barranco vertical con rápeles encajados y muy lavados. A destacar la gran cascada de 60m en rampa abierta, con una preciosa panorámica del valle de Breil.
Bendola integral: Este es sin duda el «plato fuerte» de la cuenca del rio Roya, en Alpes Marítimos. Se trata de un cañon salvaje situado en una zona de naturaleza prácticamente virgen y con unas dimensiones extraordinarias: 1.400 m de desnivel en 15 km de recorrido en total, dimensiones que lo convierten en el más largo de toda Europa. Se debe realizar en dos jornadas con un vivac intermedio a mitad de recorrido, lo que implica una preparación especial, tanto física y logística, como sobre todo psicológica. El ambiente es extraordinario, tanto por las enormes dimensiones como por los parajes recorridos sobre el cauce de roca caliza que presenta unos plegamientos de gran belleza en la roca en varios tramos. La primera jornada discurre prácticamente colgados del arnés, dada la gran cantidad de rápeles, aunque tambien existen algunos tramos horizontales. El primer tramo del barranco es seco, desde el nacimiento del mismo en el alto del Col de Marta, hasta las primeras pozas que aparecen tras unas 3h de recorrido. El rápel más largo tiene una altura de 45m, y en esta jornada se encadenan unos 35 rápeles de entre 10 y 30 m. Casi ninguno de ellos es saltable. Además, dada la presión psicológica por la gran dificultad que puede suponer un recate en este barranco, motivada por una simple torcedura de tobillo, tomamos las máximas precauciones y prácticamente no hicimos ninguno. La segunda jornada es totalmente acuática, con largas badinas que se recorren fltotando y nadando cuando el cauce lo permite, que es con bastante frecuencia. El generoso caudal de este segundo tramo ha hecho que se acumulen importantes barreras de troncos y piedras en varios tramos, lo que obliga a realizar algunos destrepes delicados. Absolutamente imprescindible – para los que no se conforman con menos :-).
<Martin y yo somos unos capullos y no nos llevamos cámara de fotos :-(>
Clue du Raton: Este barranco esta reseñado como uno de los más peligrosos de la zona, por la rápida respuesta a las crecidas. Por este motivo tiene una normativa estricta, tanto en número de personas por grupo como en horario de entrada al cañón. Está excavado en «peiltes rouges» que lo hacen especialmente resbaladizo. Aunque no tiene grandes rápeles (ninguno excede los 15 m.), su más de 30 cascadas hace que se tarde bastante tiempo en completar el recorrido. Sólo por su geología tan particular merece la pena visitarlo.
Vallon de l’Imberguet: Este barranco lo realizamos con muy poco caudal, lo que le quitó bastante interés. Aun así, tiene muchas pozas y un entorno natural muy atractivo. Con agua habría sido totalmente disfrutón.
Quiero destacar finalmente que el equipamiento de todos los barrancos que realizamos es francamente bueno, tanto por la colocación de los descuelgues como por el estado de conservación de los anclajes. Tan sólo en la Bendola integral existen algunos destrepes algo delicados en los que se echa en falta la existencia de algún seguro adicional.
Esperamos regresar el año que viene a visitar alguna otra zona de este macizo, donde nos hemos dejado muchos cañones por visitar.