24-25 octubre de 2009
Tras meses de conversaciones, faxes y demás burocracias conseguimos el preciado permiso para Hundidero-Gato, así que, vigilando los pluviómetros porque se había pasado la semana lloviendo, nos fuimos a Ronda.
El sábado nos levantamos sin prisa: Miguel, Fran, Rubén, Rafa y yo (Montse), primero nos fuimos a Gato a dejar uno de los coches y acercarnos a ver el nivel en la pasarela, la escala marcaba 12 cm, nos habían dicho que como mucho dos palmos, por lo que nos fuimos muy tranquilos a Hundidero.
En Hundidero después de bajar las empinadas escaleras y ver que el pozo estaba seco lo cual nos indicaba que el nivel estaba más bajo de lo normal, nos adentramos en la amplia boca que comienza por un cauce fósil de grandes dimensiones que tras algún destrepe nos lleva al 1º rápel de unos 8 metros que nos hace caer en un pequeño lago en el que no se hace pie y es inevitable mojarse, seguimos entre destrepes secos hasta llegar a un punto en el que el descenso tiene dos opciones nosotros decidimos por subir una especie de «escaleras por la derecha» que tras un pasamanos que tenemos que instalar nos pone en la cabecera del rápel, aquí empezamos a ver con claridad los restos de pasarelas de la obra de la presa de 1926 seguimos por badinas hasta llegar a un pasamos ascendente en la pared de la derecha que nos lleva a un nivel superior donde una sala con un gran lago da salida al siguiente rapel, seguimos y entre rápeles y nadar alguna badina pasamos por la sala del órgano, la espectacular sala de los Gours y nos adentramos en la sala de la cienaga que haciendo honor a su nombre, su barro nos atrapa hasta por encima de la rodilla.
A las dos horas llegamos a la plaza de Toros, donde decidimos hacer un descanso y comer, pero el aire que sopla nos hace apresurarnos.
Seguimos por los toriles y llegamos a la gran Estalagmita que se encuentra rodeada de agua, seguimos nadando hasta llegar a la presa que saltamos por encima, nadamos y nadamos y llegamos a la zona del cabo de la Tormentas, donde las dimensiones se agrandan y el aire sopla con fuerza, en este punto las carbureras empiezan hacer de las suyas, hartas de tanta agua y a Rubén el tubo en el piezo se le calienta tanto que un trozo de plástico fundido le cae en el ojo sin más consecuencias que el susto y unas pestañas chamuscadas.
Seguimos y encontramos la famosa placa del 76, dejamos la zona inundada y tomamos la galería del aburrimiento, zona de caos de bloques, que parece no acabar nunca, tras pasar por alguna zona inundada llegamos a la sala de las dunas, donde en la arenita hacemos otra pequeña parada. Salimos de esta sala por la derecha y continuamos por unos bloques y destrepes hasta un punto en el que seguir de frente se complica y tomamos hacia la derecha donde nos refrescamos en un lago, continuamos con mucho calor esperando que aparezca la zona inundada hasta la gran pared (espectacular salto de falla), donde por fin aparece el nivel del río y más adelante la luz de Gato. 5 horas después llegamos a la salida donde un gran aporte por su derecha le da gran parte del caudal a la salida de agua.
Destacar que durante toda la travesía, no hemos dejado de ver hierros, maderas, cables, clavos, etc.. testigos de la gran obra que se intentó llevar a cabo….por cierto no hay fotos…no teníamos cámara ninguno. Las fotos son de otros…